Fractal / Secretaría de Cultura / CITRU-INBA, Ciudad de México, 2018
Los textos aquí reunidos parten de una consideración elemental: la obra de teatro no es la deriva de una representación, es un bloque de sensaciones, afecciones, tramas y dramas que instituye un movimiento único y singular. Este movimiento encuentra su despliegue y razón de ser en la propia escena teatral y no en su afuera. La puesta en escena de cada obra crea un campo de sentido único, es decir, lo que acontece en ella adquiere su sentido pleno sólo en el espacio creado por ese campo. Un espacio definido por cuerpos, palabras, luz, sonido y texturas. El propósito de este volumen es dilucidar ciertos aspectos de la singularidad de este campo en la historia del teatro en México. Los ensayos que compagina extienden su mirada desde el siglo XV hasta el romanticismo del siglo XIX. Más que de una historia se trata de una arqueología de los dispositivos materiales, arquitectónicos y escenográficos, de los saberes del actor, del lugar del soberano en el drama, de los lenguajes de la luz y el sonido, de las figuras claves que componen y hacen posible la escena y de los discursos que entrecruzan al universo teatral en la cultura mexica tardía, el mundo barroco novohispano y la experiencia moderna del siglo XIX.