Número 93

Sobre la historia de las emociones

Alain Corbin

Université Panthéon-Sorbonne

Con motivo del 19º evento del festival anual «Rendez-vous de l’histoire» en Blois, Francia, el historiador Alain Corbin presentó los dos primeros volúmenes de la obra colectiva Histoire des émotions, publicados por la editorial francesa Seuil en 2016.

A partir de mediados del siglo XIX, y por supuesto viene a la mente Jean-Jacques Rousseau, se produce la emergencia del «alma sensible». La aparición del alma sensible modifica radicalmente la historia de las emociones, lo que proporciona su pertinencia al tomo 2 de esta Histoire des émotions. Es la escritura de uno mismo —por ejemplo, el diario, la autobiografía, la correspondencia, etc.— lo que permite conocer las emociones, porque a partir de ahora estas últimas se dicen, se experimentan.

Voy a tomar como ejemplo la meteorología en una expresión de Rousseau, que dice «voy a aplicar un barómetro a mi alma» en sus Ensoñaciones del paseante solitario. En efecto, se trata de una imagen, pero en la vida, en la realidad, nos damos cuenta de que se está constituyendo un «yo meteorológico», con Joseph Joubert por ejemplo o más tarde incluso con Maine de Biran. Esto significa que los azares de la meteorología se leen en relación con los azares del yo. Se trata también de marcar una distancia con la historia. Esta sensibilidad meteorológica ha dejado, a lo largo del siglo XIX y quizás incluso del XX, de profundizarse. Un debilitamiento que debe ser referido a la escritura del yo antes mencionada.

El siglo XIX es también muy interesante en el campo de las emociones por toda una serie de otras razones: aparecen maneras de apreciar la montaña y el mar, maneras en el campo de la política, maneras en el campo del cuerpo, etc. Aparecen también una serie de emociones en el campo del amor y en el campo de la sexualidad, que son algunas de las razones para sostener la existencia de una autonomía del siglo XIX.

Todo esto cambia o se detiene en las décadas de 1980 o 1990, porque es el momento en que la emoción se hace estudiable por la ciencia o, si se prefiere, por los aparatos. Así, dejamos atrás a Émile Zola. La intervención de la ciencia parece entonces una ruptura importante.

En el tomo 2 de la Histoire des émotions hemos buscado también obtener las emociones individuales y las emociones colectivas, que son mucho más difíciles de captar «en el fondo de las almas». Y luego las diferentes facetas, si se quiere, de estas emociones, en particular la emoción de la guerra, la emoción de la muerte o las emociones de las monjas. Porque hay que recordar que estamos en el siglo XIX, es decir, en el paso de los terribles jansenistas al buen Dios, el buen Dios de fin de siglo.

 

Traducción del francés:
Alan Cruz

Sobre el autor
Alain Corbin (Lonlay-l’Abbaye, 1936) es historiador y uno de los más conspicuos exponentes de la denominada historia de las sensibilidades. Profesor emérito de la Sorbona, ha publicado, entre otros, los ensayos Historia del silencio (Acantilado 2019), Le Miasme et la jonquille (1982), Historia del cuerpo (2005), Historia del cristianismo (2007) y La Doceur de l’ombre (2013).