Cai Tianxin

La desnudez antigua

El eco


Si piensas

si piensas que luego de

desplomarse

desplomarse

esta casa

nuestra historia

habrá

habrá terminado

tú y yo

tú y yo

de nuevo

de nuevo

comenzaremos

una vez más

estás equivocada

estás equivocada.

 

El pájaro rojo

Tantos brazos se unen

tantos talles se inclinan

tantas piernas crecen en los troncos de árboles

tantas cabelleras se desatan como las hojas

Cuelgan de las ramas y se mecen con el viento

entretanto, el pjaro rojo posa su sombra en el verde

desde el hogar propio y verdadero

casi emite un sonido de humanidad

 

Un paseo

El rostro hacia el Este

la nariz hacia el Oeste

La palma de la mano

es una roca que pateo

Sus uñas desgarran

las venas de la tierra

Sobre las que me acuesto,

me levanto, me lanzo al río

Y emerjo silenciosamente

en la cima de la alta montaña

 

El río

El río fluye de mí velozmente

sus antiguas flechas voladoras

sin cesar, entran y salen de mí

Más y más flechas lanzadas

a mi espalda con qué dulzura penetran

Veloz el río fluye de mí

 

Sobre el mar

Sobre el mar; mi padre

las olas exponen sus huesos

el viento toca su último requiem

Sobre el mar; un árbol

se erige desde el fondo de las aguas

desde el fondo de mi sueño

Sobre el mar; un árbol

su cabellera negra y brillante

perfora el ápice de las nubes

y emerge en el patio del paraíso

 

Las Cataratas del Niágara

El blanco sobre el azul

el blanco circundado por el azul

como la muerte sumida en un sueño

Hay más plumas de pájaros que cabellos de turistas

los picos de los pájaros tocan el cortinaje de la lluvia

primero que los labios de los amantes

Pronuncio algunos nombres a mi antojo

dejadlos flotar a través del agua

y caer junto con el ocaso

Un sol desangrado tiembla

doy un paso adelante hacia la muerte

un millar de manos heladas se cuelan en mi espalda

 

Traducción del chino al español de Raúl Jaime en colaboración con el autor.